En el plazo de una semana, la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil ha tramitado un total de 5.405 multas por no usar el cinturón de seguridad o el sistema de retención infantil, de los cuales el 75% circulaba por carreteras convencionales.
Durante una campaña de vigilancia del 6 al 12 de marzo, la Guardia Civil de Tráfico controló cerca de 400.000 vehículos, incluyendo coches privados, taxis, vehículos de mercancías y autobuses, y emitió 5.405 denuncias a conductores y pasajeros por no utilizar el sistema de retención obligatorio.
El 76% de todas las denuncias fueron puestas en carreteras convencionales, las cuales suelen ser las que mayor número de víctimas mortales registran de toda nuestra red de carreteras.
Está demostrado que realizar un buen uso del cinturón de seguridad puede supone una reducción del 50% del riesgo de fallecer en un accidente de tráfico. Te protege de salir despedido del habitáculo, así como de sufrir un impacto contra el parabrisas. Dentro de zona urbana, el cinturón de seguridad es capaz de reducir hasta en 5 veces la probabilidad de sufrir un accidente mortal.
Es cierto que existen algunos casos en los que existe la excepción de utilizar el cinturón de seguridad como hemos comentado en artículos anteriores, pero no debemos de dudar de la utilidad que este tiene ya que es un elemento primordial para nuestra propia seguridad.
La Guardia Civil detectó que 316 niños viajaban sin usar el sistema de retención infantil obligatorio para menores con una altura igual o inferior a los 135 centímetros, o lo estaban usando de manera incorrecta durante la campaña de vigilancia. De ellos, 249 estaban en los asientos traseros y 67 en los delanteros.
El uso del cinturón de seguridad es obligatorio en España desde 1975 en los asientos delanteros y desde 1992 para los asientos traseros, no usarlo se considera una infracción grave penalizada con una multa de 200€ y la pérdida de 3 puntos en el carnet si eres el conductor.
A continuación podemos observar la abismal diferencia en un mismo accidente pero con la diferencia en que en el primer momento, el cinturón de seguridad no será utilizado y en el segundo sí:
Sin cinturón de seguridad, a 80 km/h los pasajeros de atrás no tienen ninguna forma de sujetarse y son proyectados contra los de delante con una fuerza equivalente al golpe de una bola de 1.200 kg a 10 km/h, lo que podría matar o lesionar gravemente a los ocupantes de los asientos delanteros.